miércoles, 17 de septiembre de 2008

Arriba boludos, a bordo


"Estamos viendo cómo este primer mundo que nos habían pintado en algún momento como la meca a la que debíamos llegar, se derrumba como una burbuja y aquí nosotros, modestos y humildes, los argentinos con nuestro proyecto nacional estamos en medio de la marejada, firmes".
Frase de Cristina Kirchner en referencia a la crisis financiera mundial.

Veamos, esta crisis representa desde la perspectiva presidencial que:
¿El sistema de alcantarillado del primer mundo, inexistente en el conurbano bonaerense, desaparece?
¿Los niveles de arsénico en el agua de Estados Unidos se elevan y en Argentina bajan solos?
¿El sistema sanitario de Inglaterra se torna peor que el argentino?
¿Los trabajadores franceses perciben peores salarios que los argentinos, trabajan más horas, el 40% pasa de golpe a estar en negro, se quedan sin vacaciones?
¿Los trenes alemanes súbitamente se vuelven tan malos como todas las líneas ferroviarias argentinas?
¿Los trabajadores rurales salen a cortar rutas y piden un plan nacional agropecuario en Estados Unidos?
¿Crece la tasa de mortalidad infantil en Islandia?
¿El sistema educativo sueco colapsa?
¿Explota la inflación en Noruega y los trabajadores se tiran desde los fiordos?
¿La criminalidad crece en Canadá y decrece en Argentina?
¿Se rompen las rutas, desaparecen las señales, y crece la tasa de accidentes de tránsito en Holanda mientras en Argentina manejamos cada vez mejor?
¿Las casas que se hicieron con los préstamos hipotecarios desaparecen, las 400 mil casas que el gobierno argentino prometió y no hizo se levantan solas?
¿Tecnológicamente nos ponemos cabeza a cabeza?
¿La industria del primer mundo desaparece?


Esta dialéctica estúpida es así, y el sujeto de esa oración lo determinan ustedes.
En el contexto real de la Argentina, fuera de la burbuja de pedos en que vive el primer mundo argentino del que son parte muchos políticos, la frase suena a reivindicación de la pobreza. Y por las dudas aviso que no hace falta copiar ni intentar adaptar nada, ni tampoco comerse el cuento de que el primer mundo es el paraíso. Argentina tiene que hacerse a sí misma, pero tiene que hacerse, lo demás son pelotudeces que dicen aquellos que no tienen un proyecto político que contemple a la mayoría de los argentinos. No saben a dónde van, no tienen un proyecto de país, tienen un modelo de afano que es otra cosa, y no saben (o prefieren olvidar) de dónde vienen.

Pd: Las burbujas no se derrumban.
No confundir el trato que nos dan de boludos con que ella pueda ser una boluda, no hay que apoyar la construcción de la figura del inepto e idiota como se hizo con De la Rúa, saben lo que hacen y lo hacen porque saben los efectos que tiene.
Publicado por Eduardo Anguila en 14:31 |  

2 comentarios:

Suscribirse a: Enviar comentarios (Atom)